Las cinco fases del Intracreacionismo, ensayo:
El Intracreacionismo, tal como se despliega en la obra completa de Jorge Pridal, no es una corriente estática, sino un organismo vivo; una filosofía de la creación que nace, se proclama, se construye y, finalmente, se proyecta sobre el mundo.
Analizar sus cinco libros canónicos en secuencia es ser testigo de las cinco fases de desarrollo de esta idea, un viaje que va desde el plano teórico hasta su aplicación en la psique individual y, finalmente, su reflejo en la memoria colectiva. Es la crónica de la construcción de un completo “edificio del ser”.
Fase I y II: La Gesta Intelectual – De la Teoría a la Proclama.
El viaje se inicia en el terreno de la pura abstracción con los dos textos fundacionales: Intracreacionismo y Poseía. El primero es el cimiento, el tratado filosófico que establece los principios con rigor intelectual.
Es aquí donde nace el “Arquitecto”, el creador que decreta su soberanía frente a la realidad externa, postulando que el poema no debe imitar el mundo, sino fundar uno nuevo. Si el Intracreacionismo es el plano arquitectónico, Poseía es el acto público de colocar la primera piedra. Es su nacimiento es una voz que se eleva para proclamar al mundo la intención de construir, defendiendo con pasión la validez y la necesidad de esta nueva red en donde obtener sentido.
En esta etapa dual, el Intracreacionismo es una red etérea, una unidad autónoma de una fuerza lírica natural.
Fase III: La Construcción – La Demostración Humanista.
Toda teoría debe demostrar su validez en la práctica. El Hombre es esa demostración. En este libro, el Intracreacionismo es una estructura poética tangible y profundamente humana. Es la fase en que el Arquitecto pasa de los planos al tijeral, y dejando en la estructura los conceptos de identidad, soledad, amor y muerte no reflejados, sino creados desde una lógica interna y pura.
La obra prueba que el método no es un mero solipsismo, sino una herramienta capaz de generar una obra de arte estructurada, resonante y, en última instancia, universal en su exploración del ser. Es el momento en que la construcción deja de ser un proyecto y se convierte en un espacio impresionante y habitable.
Fase IV: La Culminación – La Bóveda del Universo Interior.
Una vez construido el templo, el Arquitecto acomete su obra más ambiciosa: la cúpula que lo cierra y lo convierte en un cosmos. El Faro, el poema épico en doce cantos, representa la culminación del proyecto poético.
Es el Intracreacionismo llevado a su máxima expresión, donde el mundo interior creado alcanza tal grado de complejidad y autosuficiencia que ya no necesita justificarse frente a nada externo. Se convierte en un faro que vuelve a iluminar el mar de la realidad creando su propia luz desde el centro de su red-universo. Es la fase de la trascendencia, donde el Intracreacionismo y su obra se bastan a sí mismas, un monumento a la voluntad creadora que alcanza su apogeo.
Fase V: El Reflejo – El Método Aplicado al Mundo Exterior.
La prueba final de la robustez de una filosofía no reside en su coherencia interna, sino en su capacidad para interpretar el mundo exterior. El Misterio del Gallo Rojo es esta prueba de fuego. Aparentemente una desviación del proyecto, la novela es, en realidad, la fase más sofisticada del Intracreacionismo: su aplicación como método de análisis. El protagonista de la novela, Alberto Ríos, opera como un “intracreacionista invertido”.
En lugar de construir una estructura de sentido desde su interior, se enfrenta a una “Construcción social en ruinas” y la intenta reconstruir desde sí misma. Rechaza la realidad superficial (el accidente, la versión oficial) de la misma forma que el poeta rechaza la mímesis.
Busca las leyes subyacentes, la estructura invisible del trauma y el silencio que gobierna a la comunidad. Así, la novela demuestra que el Intracreacionismo no es solo una poética, sino una epistemología, una forma de conocer. Es la herramienta del Arquitecto utilizada para descifrar las grietas y los cimientos del mundo.
En conjunto, los cinco libros de Jorge Pridal cartografían el viaje completo de una idea. Desde su nacimiento teórico y su proclamación pública, pasando por su aplicación práctica y su culminación épica, hasta su transformación final en un método para interrogar la realidad. El Intracreacionismo, al final de este recorrido, se revela como un edificio completo del ser, con cimientos en la filosofía, una estructura en la poesía y ventanas que, finalmente, miran hacia el complejo y herido paisaje de la historia humana.
Las cinco fases del Intracreacionismo
El Intracreacionismo, tal como se despliega en la obra completa de Jorge Pridal, no es una corriente estática, sino un organismo vivo ; una filosofía de la creación que nace, se proclama, se construye y, finalmente, se proyecta sobre el mundo. Analizar sus obras canónicas en secuencia es ser testigo de las fases de desarrollo de esta idea, un viaje que va desde el plano teórico hasta su aplicación en la psique individual y, finalmente, su reflejo en la memoria colectiva. Es la crónica de la construcción de un completo “edificio del ser”.
Fase I y II: La Gesta Intelectual – De la Teoría a la Proclama
El viaje se inicia en el terreno de la pura abstracción con los dos textos fundacionales: Intracreacionismo y Poseía. El primero es el cimiento, el tratado filosófico que establece los principios con rigor intelectual. Es aquí donde nace el “Arquitecto”, el creador que decreta su soberanía frente a la realidad externa, postulando que el poema no debe imitar el mundo, sino fundar uno nuevo. Si el Intracreacionismo es el plano arquitectónico, Poseía es el acto público de colocar la primera piedra.
Su nacimiento es una voz que se eleva para proclamar al mundo la intención de construir, defendiendo con pasión la validez y la necesidad de esta nueva red en donde obtener sentido.
En esta etapa dual, el Intracreacionismo es una red etérea, una unidad autónoma de una fuerza lírica natural.
Fase III: El Crisol – La Contracción del Método en “Textos”
Tras la declaración de principios, la poética intracrecionista se somete a una prueba de fuego y depuración en la obra-bisagra: “Textos”. Este libro funciona como el crisol donde el método se perfecciona. Aquí, el lenguaje sufre una “casi imperceptible contracción”, un proceso de síntesis que lo despoja de todo ornamento para quedarse con la esencia.
Es en poemas como “Agobio”, donde se manifiesta esta búsqueda de la máxima densidad, que el Intracreacionismo, según tu manifiesto, “se expresa absolutamente”.
“Textos” es el puente donde la teoría se refina antes de bifurcarse hacia la épica poética y la crónica novelada.
Fase IV: La Construcción – La Demostración Humanista
Con la teoría refinada, el método debe demostrar su validez en la práctica. “El Hombre” es esa demostración. En este libro, el Intracreacionismo es una estructura poética tangible y profundamente humana. Es la fase en que el Arquitecto pasa de los planos al tijeral, y dejando en la estructura los conceptos de identidad, soledad, amor y muerte no reflejados, sino creados desde una lógica interna y pura. La obra prueba que el método no es un mero solipsismo, sino una herramienta capaz de generar una obra de arte estructurada, resonante y universal en su exploración del ser.
Es el momento en que la construcción deja de ser un proyecto y se convierte en un espacio impresionante y habitable.
Fase V: La Culminación – La Bóveda del Universo Interior
Una vez construido el templo, el Arquitecto acomete su obra más ambiciosa: la cúpula que lo cierra y lo convierte en un cosmos. “El Faro”, el poema épico en doce cantos, representa la culminación del proyecto poético. Es el Intracreacionismo llevado a su máxima expresión, donde el mundo interior creado alcanza tal grado de complejidad y autosuficiencia que ya no necesita justificarse frente a nada externo. Se convierte en un faro que vuelve a iluminar el mar de la realidad creando su propia luz desde el centro de su red-universo.
Es la fase de la trascendencia, un monumento a la voluntad creadora que alcanza su apogeo.
Fase VI: El Reflejo – El Método Aplicado al Mundo Exterior
La prueba final de la robustez de una filosofía no reside en su coherencia interna, sino en su capacidad para interpretar el mundo exterior. “El Misterio del Gallo Rojo” es esta prueba de fuego. Aparentemente una desviación del proyecto, la novela es, en realidad, la fase más sofisticada del Intracreacionismo: su aplicación como método de análisis. El protagonista, Alberto Ríos, opera como un “intracreacionista invertido”.
En lugar de construir una estructura de sentido desde su interior, se enfrenta a una “Construcción social en ruinas” y la intenta reconstruir desde sí misma. Rechaza la realidad superficial (la versión oficial) de la misma forma que el poeta rechaza la mímesis y busca la estructura invisible del trauma y el silencio que gobierna a la comunidad.
Así, la novela demuestra que el Intracreacionismo no es solo una poética, sino una epistemología, una forma de conocer, la herramienta del Arquitecto utilizada para descifrar las grietas del mundo.
Síntesis Final: El Propósito del Edificio
El Intracreacionismo, al final de este recorrido, se revela como un edificio completo del ser, con cimientos en la filosofía, una estructura en la poesía y ventanas que miran hacia el herido paisaje de la historia. Pero la obra de Jorge Pridal cartografía más que el viaje de una idea; documenta la búsqueda de una soberanía existencial. En la poesía, el Arquitecto libera al yo de la tiranía del lenguaje heredado. En la novela, el Cronista libera a la memoria colectiva de la tiranía de la historia oficial. Cada libro es un acto de insurrección contra una forma de determinismo. El “edificio del ser”, por tanto, no es solo un refugio estético, es una fortaleza.
Es la prueba de que la única manera de ser verdaderamente libre es tener el coraje de construir, palabra por palabra, la estructura de tu propio mundo.
Jorge Pridal, Puerto Montt, marzo de 2025, las cinco fases.

