Textos: El Sentido Encontrado
Si en Poseía el viaje era hacia el interior de la palabra y el dolor del conocimiento, en Textos, su tercer libro, el poeta finalmente le halla el sentido a la vida. Todo cambia.
La revelación llega de una forma cotidiana y, a la vez, profunda: al abrir su armario, el poeta descubre que toda su ropa era negra. Es en ese instante cuando se enfrenta a la sabiduría de su maestro, Antonio Machado, y su aparente paradoja:
Sabe esperar, aguarda que la marea fluya (…) todo el que aguarda sabe que la victoria es suya; que el arte es largo y, además, no importa.
El poeta se había aferrado a la poesía cuando la vida perdió el sentido, vagando como una sombra en el silencio, errando entre las sombras como la oscuridad. ¿Cómo era posible que aquello que lo anclaba a la existencia fuera solo un “juguete”? La respuesta llegó al unir esa idea con la rebeldía de su otra gran influencia, Vicente Huidobro, y su “Non Serviam”. Ahí llegó la comprensión final: la vida no tiene sentido por sí misma, es uno quien se lo otorga. Por aquello, el hombre es su propio dios.
Gracias a esta epifanía, los ropajes del alma se vuelven de colores. Es un libro que marca el fin de la búsqueda y la serena victoria de quien ha aprendido a esperar. Es en Textos
donde se ilumina y se comprende por fin la idea de El Faro
, la obra cumbre del autor.
